jueves, 29 de julio de 2010

El Pendón.




Fotografía y texto de la revista Tierra Camala del mes de abril de 2010.


Joarilla también tenía pendón, como casi todos los pueblos de la provincia. Se sacaba en las procesiones cuando se celebraban las principales fiestas. También por san Marcos y sobre todo cuando había rogativas.
No tengo recuerdos muy concretos del mismo, pues seguramente que hace ya más de 60 años que no se usa, pero sí de haber visto colocada su vara en la parte de atrás de la iglesia, junto al coro. Después pasaría al trastero de la iglesia, lo mismo que las tablas del monumento y otras cosas que dejaron de utilizarse. Sin embargo la tela sigue estando en una cajonera de la sacristía y allí se ha conservado, aunque no está en buen estado. Feliciano me la enseñó en alguna ocasión.
Ahora por lo que he podido leer y ver en Tierra Camala, la revista de la comarca de Sahagún, (Abril de 2010), según la investigación realizada por Javier Lagartos, se va a recuperar el pendón gracias a su trabajo y también a la Asociación Cultural Pendones del Reino de León.
En la foto adjunta se indican las características del mismo y se ve su estado. Seguramente que en los archivos parroquiales habrá más datos sobre el mismo. Aquí se dice lo siguiente:
Denominación: Propiedad de la parroquia de santo Tomás de Joarilla de las Matas
Tela: Seda adamascada que pesa un kilo y seiscientos gramos. Muy deteriorada. Como adornos tiene unos flecos perdidos excepto en el punto medio de la tela, con colores rojo y amarillo de 2’5 cm. Sus dimensiones: Largo superior, dos metros y 80 cm.; largo inferior, dos metros y 40 cm.; largo en vértice medio, un metro y 33 cm.; alto, cuatro metros y 0’5 cm.
Franjas: Siete, en disposición horizontal. Los colores son el rojo y verde. Y respecto a su anchura tanto las rojas como las verdes tienen 51 cm. Y están unidas por una cenefa de hilos de oro de cuatro centímetros.
Vara: No se conoce su origen o procedencia. Mide tres metros y 20 cm. y está incompleta. El peso de lo que se conserva de ella es de cinco kilos y 800 gramos, y su diámetro mide 26 cm. La parte baja de la vara presenta diez canales pintados de azul a lo largo de tres metros y 20 cm.
No se conservan los remos, ni la capelina ni tampoco la cruz que es de suponer tuviese.
En la parte baja de la vara, casi en el extremo, hay un gancho de hierro para poder colocar el pendón en el cinturón.
Javier Lagartos, quien ha investigado los datos, no ha podido confirmar si el pendón fue restaurado en alguna ocasión, ni tampoco otros datos sobre su utilización, algunos de los cuales se los proporcionó Santiago García, el alcalde actual del ayuntamiento.
Este año en el que se celebra el 1100 aniversario del antiguo Reino de León, son varios los actos que se están celebrando en los que participan los pendones. Por una parte exposiciones en distintas localidades, con alguna conferencia o concierto, como hemos visto en Valencia de D. Juan y en Zamora. Otra actividad es la denominada Pendones en el Camino de Santiago, ya sea el Camino Francés o la Vía de la Plata, como ha ocurrido en Sahagún, Benavente y Mansilla. Y también el pasado día 27 en León, en donde se dieron cita 143 pendones, además de los de la ciudad: el de Baeza, el Real del Ayuntamiento y el de la Diputación que tiene el escudo de todas las comarcas. En León se consiguió el record mundial de concentración de pendones. Incluyo aquí algunas fotografías del acto celebrado.
Los tres pendones de la ciudad de León: el de Baeza, que está en san Isidoro, el pendón Real del Ayuntamiento y el pendón de la Diputación.
También participaron algunos de la comarca de Sahagún como los de Calzada del Coto y Bercianos del Real Camino, entre otros.
Los 143 pendones leoneses y zamoranos reunidos en la plaza de san Isidoro.

Estuve en la ciudad viendo cómo se celebraban los diversos actos y contemplando a los pendones. Por allí estaban los de Calzada del Coto, Bercianos del Real y algunos otros de la zona. Pero faltaba el de Joarilla. Ojalá que no tardando se consiga su restauración y pueda participar el pueblo con su pendón en actos de este tipo, como lo hacen, en muchas ocasiones, los de la cofradía de Los Pastores con la danza de las cachas.

domingo, 25 de julio de 2010

Plaza Mayor.

La Plaza Mayor de Joarilla enla actualidad. Foto: Alfonso Crespo.


Se encuentra en el centro del pueblo. Es amplia, aunque irregular, pues presenta algunos entrantes y salientes. A ella se accede en el lado oeste por la calle El Cristo, que parte de la plaza de la ermita, por el norte desde la calle de san Miguel, por el mediodía desde la de Las Escuelas, y la atraviesa la calle Mayor, que se extiende desde las Eras hasta casi el lugar de los antiguos lavaderos.
Antiguamente la plaza Mayor tenía un mayor atractivo e incluso belleza, desde el punto de vista tradicional, pues en el centro de la misma estaba el pozo artesiano que, llamábamos el Caño, a pesar de ser tres y no uno sólo, por donde salía el agua. Alrededor del pozo había poyos de cemento en los que la gente se sentaba mientras se llenaban de agua los cacharros: calderos, cántaros, botijos, etc. Cerca del caño y por todo el centro de la plaza había acacias, algunas con muchos años que, a partir de la primavera mostraban sus racimos de flores olorosas, muy del agrado y satisfacción de todos los que pasaban por el lugar, o se detenían allí.
Con el paso del tiempo y, a pesar de la limpieza del Caño, este fue dejando de echar agua hasta que poco a poco fue desapareció, para dar paso a las modificaciones sucesivas por las que ha pasado la Plaza.
Pero no deja de haber sido el lugar en el que más gente se ha reunido a lo largo de la vida en el pueblo. Y es que en torno al agua, que es vital para la subsistencia humana y animal, sean ríos, arroyos, lagos, etc. y también fuentes, se concentran los pueblos y ciudades, y se reúnen las personas con mucha frecuencia. Y en Joarilla, aunque estaban el Chopo y Valdelafuente, el Caño, al ser un pozo artesiano y con mejor agua, tenía un mayor atractivo.
Hace años hubo columpios en el centro de la Plaza, junto al Caño.

En la Plaza destacaban y destacan algunos edificios de mayor antigüedad como era la casa de la señora Fidela y del señor Eusebio, con fachada de piedra y escudo de una antigua familia. Y también destacaba el edificio de la antigua farmacia o botica, que era de ladrillo con balcón sobre un pequeño soportal. Por cierto que dicho soportal ha desaparecido hace tiempo, lo cual ha extrañado a muchas personas, que pensaban que formaba parte de la misma plaza como ocurre en casi todos los lugares.
El soportal tenía tres pilares, dos de madera con argollas para atar a las caballerías cuando alguno procedente de pueblos cercanos venía a comprar algún medicamento. El otro pilar era de piedra.
Ahora ya no existe soportal con lo que tampoco se puede ver la entrada a la farmacia, que tenía puertas enrejadas antes de acceder a la ventanilla por la que el boticario despachaba al público. Solamente el recuerdo puede suplantar a la existencia del soportal, que era un espacio de interés para todos y que contribuía a dar realce, esplendor y más belleza a la amplia Plaza de que dispone Joarilla.
En la Plaza jugaban los niños, cuando no llovía y el barro que se formaba lo impedía. En la Plaza se colocaba el Mayo, el día 30 de Abril, antes de comenzar dicho mes. En ella se celebraban y se celebra la representación de los Reyes y hay bailes por las fiestas.
Por la Plaza pasan los pastores bailando y danzando el día de la fiesta.

Por la Plaza siguen pasado las procesiones con los santos, santas o vírgenes sobre las andas. Y a ella llegaban y llegan muchos vendedores de todo tipo de objetos, que colocan sus productos en mesas o en el mismo suelo.
De la Plaza Mayor todos los de Joarilla tienen muchos y buenos recuerdos, y más si su vida transcurrió cerca de ella. Ahora está asfaltado y con modernos jardines. Con árboles y flores de distintas especies y olores. Y está muy bien, pero, a pesar de todo, "muchos vecinos siguen sentándose en el Caño mientras se llena el botijo de agua y siguen oliendo las flores de las acacias, al tiempo que pasan las vacas, mulas y otros animales camino del mulatero o del bebedero. O algún carro hacia las Eras o hacia las bodegas. Y, aunque el botijo esté lleno, la conversación sigue, pues cada día hay nuevas noticias, aunque solamente sean locales o comarcales. Y así durante muchos años hasta que el Caño desapareció y la Plaza aceptó la transformación que trajo consigo el progreso y la modernidad. Son otros tiempos y otra forma de vida y costumbres".

domingo, 18 de julio de 2010

La imagen. Dulzaina y tamboril.


En el pasado de Joarilla todos se acordarán del protagonismo que tenían y siguen teniendo, aunque de otro modo, estos instrumentos musicales, sobre todo cuando llegaban Los Pastores. Y es que con sólo oírlos la gente se alegraba, pues anunciaban la fiesta.
Al son de la dulzaina y el tamboril se bailaba o danzaba y también se cantaba. No se necesitaba una gran orquesta, banda o grupo musical, para divertirse a lo grande.
Los dulzaineros, por su parte, conocían bien sus obligaciones: pasacalles, rondas y bailes, y también acompañar con su música al cura, al alcalde y mayordomos, entrante y saliente, de la cofradía en algunos momentos de la fiesta. Uno con bastón de mando, otros con la varas de cofrades y ellos, lo dulzaineros, con sus instrumentos musicales, la dulzaina y el tamboril. Y siempre tocando y en marcha hacia la iglesia, o hacia la casa del cura para acompañarlo hasta la iglesia y comenzar la misa y la procesión.
La imagen nos sitúa en el pasado y nos sirve para recordar a algunas personas, y también para conocer este momento de la fiesta. Incluso para ver los cambios que ha habido en las calles, las casas y la forma de vestir y de estar de los vecinos de Joarilla.

domingo, 11 de julio de 2010

La imagen. Calle Mayor.



Es una de las más largas y anchas del pueblo. Va desde las Eras hasta la Plaza Mayor. Como vemos en la fotografía, hace 50 o 60 años, su pavimento, como todas las demás de Joarilla y de casi todos los pueblos, era de tierra, que se convertía en barro cuando llovía en invierno o en cualquier otra época del año.
Se puede ver el tapial o el adobe utilizado en la construcción de las casas y demás edificios, en pie o en ruinas. Pocas eran las de ladrillo.
Los días de fiesta pasaban siempre por la calle las procesiones u otros desfiles con o sin charanga, para anunciar el acontecimiento. Esto hacía que muchas personas, que no asistían a los actos, asomasen a su puerta para verlo.
En esta ocasión se trata de uno de los días de la fiesta de Los Pastores, por la que es conocido el pueblo y que tanta fama le ha dado. Los músicos y danzantes ya han pasado y la gente, niños y mayores, aparecen de espaldas. Al fondo se ve un carro de par, precisamente a la puerta del carretero Paco, el marido de Julia, que era quien ejercía este oficio en el pueblo por aquellos años.
Un poco más abajo de lo que aparece en la imagen se encontraban la casa de Suintila y el rincón en donde está, ahora ya de otra forma, la casa de mis abuelos Sixto y Anastasia.
El rincón era lugar de reuniones, juegos y tertulias, allí se hacía con frecuencia un pequeño filandón. Se trataba de otros tiempos, otras gentes y otra forma de vida.

martes, 6 de julio de 2010

El Abrojal.


El Abrojal en la parte sur, junto a la calle La Quintana.



Vista del Abrojal desde la parte oeste de la calle de Las Cruces.

La Calle de Las Cruces, sobre la que escribiré en otra ocasión, y que va desde la plaza de la ermita hasta la plaza de la escuela, tiene casas en la parte noroeste, pero en la parte sureste, más al mediodía, lo que hay en casi todo el trayecto, es una tierra que se denomina El Abrojal.
La Calle de las Cruces desde la parte baja, cerca de la plaza de le Escuela.
Otra vista de parte de la calle de Las Cruces.

Como ocurría con casi todas las tierras del pueblo, unos años se sembraba de trigo u otros cereales, y otros años no, permanecía en barbecho o descanso..
Cuando estaba en barbecho la tierra se llenaba de abrojos, esta planta de tallos largos y rastreros, hojas compuestas y fruto casi esférico y armado de muchas y fuertes púas. E incluso cuando se sembraba también se llenaba de dicha planta, lo que era muy perjudicial para la siega y para la misma cosecha.
Por el abrojal, estuviese o no sembrado, apenas se podía andar y menos pisar las plantas, pues se exponía uno a los pinchos del abrojo.
El terreno, que está elevado respecto al resto de la calle, ha pasado por distintos dueños. En la actualidad es propiedad de la familia de José Luis, el hijo de Amón (ya fallecido) y de Gloria. En la parte de arriba, al terminar la calle, frente al Mentirón y cerca de la plaza de la Ermita, hace años ya que construyeron un chalet y viven allí José Luis con su madre, su hermano Máximo y su tío Dalmacio.
Al fondo del Abrojal destaca el chalet de José Luis, el hijo de Gloria.
Gloria, la madre de José Luis, sentada en el porche de la casa.

El chalet está rodeado de un pequeño jardín, un huerto con árboles frutales, y, orientado al mediodía, tienen un palomar, que, con toda seguridad, José Luis atenderá muy bien, y le servirá de distracción y entretenimiento. Esto le permitirá revivir de cerca y recordar sus cacerías de palomas y de no palomas. Y es que estamos ante un experto cazador, yo diría que por nacimiento y por vocación.
El Abrojal era considerado, por entonces, las afueras del pueblo y no sé por qué, pues desde este lugar hasta el centro no hay más de 200 metros. Incluso la plaza de la Escuela y ahora el mismo Ayuntamiento están a poco más de 50 o 60. Estoy seguro de que la culpa la tenían los abrojos, cuyos pinchos casi todos, de niños, habían probado y su picor no les había dejado un buen recuerdo.
Ahora está sembrado de avena y, a pesar de que la cosecha de cereal este año parece ser que es buena, el abrojal sigue sin destacar por su producción y en ello puede influir hasta su fama.





jueves, 1 de julio de 2010

La imagen: El Caño


En el centro de la Plaza Mayor estaba la fuente que todos llamábamos El Caño. Era como un lugar de encuentro o reunión: Vete al Caño a por agua, Te espero en el Caño, Voy a echar un trago de agua al Caño, etc., se oía con frecuencia. Lo cierto es que eran tres tubos o chorros por los que salía el agua de la fuente. Pero nadie la llamó fuente de los tres caños. Sobre el tubo artesiano habían construido una estructura de cemento en donde caía el agua y en el centro una especie de monolito, que se aprecia algo en la fotografía.
Los chorros de agua no eran uniformes y en ocasiones un caño funcionaba mejor que los otros y la gente procuraba llenar en éste sus calderos, cántaros, botijos y demás recipientes, pues se hacía con más rapidez.
Por la mañana, desde muy pronto, personas de todo el pueblo llegaban al caño para abastecerse del agua necesaria para cocinar y demás tareas domésticas. Y es que el agua era muy buena, y además la fuente estaba en el centro del pueblo. Había otras dos, no pozos artesianos, el Chopo y Valdelafuente, que también prestaban un gran servicio sobre todo a los que vivían en la zona en la que se encontraban.
Alrededor del Caño, algo separados del mismo, se construyeron unos poyos de cemento, en los que la gente se sentaba mientras se llenaban de agua los cacharros. Y allí se hablaba de todo y de todos. Se estaba a gusto en el lugar, pues se disfrutaba de la sombra de las acacias y del olor de sus flores a partir de la primavera. Acacias que, si no eran centenarias, les faltaría poco para serlo. ¡Qué pena de su desaparición¡.
Los cambios y la modernización de calles y plazas han acabado, en Joarilla como en los demás pueblos, con árboles, caños o fuentes, y tradiciones o costumbres que fueron muy del agrado de las personas mayores y que ahora solamente pueden recordar.
Gran parte de las personas que pasaban por la Plaza se detenían en el lugar para descansar un rato, sentados en los poyos, y de paso echar un trago de agua. Siempre fue un lugar de reunión, para mayores y también para los niños, a los que gustaba jugar con el agua. En ocasiones se fotografiaban juntos, como nos muestra esta fotografía del año 1947. A través de las imágenes podemos conocer el pasado de las personas y la forma de vida y costumbres.