La Plaza Mayor de Joarilla enla actualidad. Foto: Alfonso Crespo.
Se encuentra en el centro del pueblo. Es amplia, aunque irregular, pues presenta algunos entrantes y salientes. A ella se accede en el lado oeste por la calle El Cristo, que parte de la plaza de la ermita, por el norte desde la calle de san Miguel, por el mediodía desde la de Las Escuelas, y la atraviesa la calle Mayor, que se extiende desde las Eras hasta casi el lugar de los antiguos lavaderos.
Antiguamente la plaza Mayor tenía un mayor atractivo e incluso belleza, desde el punto de vista tradicional, pues en el centro de la misma estaba el pozo artesiano que, llamábamos el Caño, a pesar de ser tres y no uno sólo, por donde salía el agua. Alrededor del pozo había poyos de cemento en los que la gente se sentaba mientras se llenaban de agua los cacharros: calderos, cántaros, botijos, etc. Cerca del caño y por todo el centro de la plaza había acacias, algunas con muchos años que, a partir de la primavera mostraban sus racimos de flores olorosas, muy del agrado y satisfacción de todos los que pasaban por el lugar, o se detenían allí.
Con el paso del tiempo y, a pesar de la limpieza del Caño, este fue dejando de echar agua hasta que poco a poco fue desapareció, para dar paso a las modificaciones sucesivas por las que ha pasado la Plaza.
Pero no deja de haber sido el lugar en el que más gente se ha reunido a lo largo de la vida en el pueblo. Y es que en torno al agua, que es vital para la subsistencia humana y animal, sean ríos, arroyos, lagos, etc. y también fuentes, se concentran los pueblos y ciudades, y se reúnen las personas con mucha frecuencia. Y en Joarilla, aunque estaban el Chopo y Valdelafuente, el Caño, al ser un pozo artesiano y con mejor agua, tenía un mayor atractivo.
En la Plaza destacaban y destacan algunos edificios de mayor antigüedad como era la casa de la señora Fidela y del señor Eusebio, con fachada de piedra y escudo de una antigua familia. Y también destacaba el edificio de la antigua farmacia o botica, que era de ladrillo con balcón sobre un pequeño soportal. Por cierto que dicho soportal ha desaparecido hace tiempo, lo cual ha extrañado a muchas personas, que pensaban que formaba parte de la misma plaza como ocurre en casi todos los lugares.
El soportal tenía tres pilares, dos de madera con argollas para atar a las caballerías cuando alguno procedente de pueblos cercanos venía a comprar algún medicamento. El otro pilar era de piedra.
Ahora ya no existe soportal con lo que tampoco se puede ver la entrada a la farmacia, que tenía puertas enrejadas antes de acceder a la ventanilla por la que el boticario despachaba al público. Solamente el recuerdo puede suplantar a la existencia del soportal, que era un espacio de interés para todos y que contribuía a dar realce, esplendor y más belleza a la amplia Plaza de que dispone Joarilla.
En la Plaza jugaban los niños, cuando no llovía y el barro que se formaba lo impedía. En la Plaza se colocaba el Mayo, el día 30 de Abril, antes de comenzar dicho mes. En ella se celebraban y se celebra la representación de los Reyes y hay bailes por las fiestas.
Por la Plaza siguen pasado las procesiones con los santos, santas o vírgenes sobre las andas. Y a ella llegaban y llegan muchos vendedores de todo tipo de objetos, que colocan sus productos en mesas o en el mismo suelo.
De la Plaza Mayor todos los de Joarilla tienen muchos y buenos recuerdos, y más si su vida transcurrió cerca de ella. Ahora está asfaltado y con modernos jardines. Con árboles y flores de distintas especies y olores. Y está muy bien, pero, a pesar de todo, "muchos vecinos siguen sentándose en el Caño mientras se llena el botijo de agua y siguen oliendo las flores de las acacias, al tiempo que pasan las vacas, mulas y otros animales camino del mulatero o del bebedero. O algún carro hacia las Eras o hacia las bodegas. Y, aunque el botijo esté lleno, la conversación sigue, pues cada día hay nuevas noticias, aunque solamente sean locales o comarcales. Y así durante muchos años hasta que el Caño desapareció y la Plaza aceptó la transformación que trajo consigo el progreso y la modernidad. Son otros tiempos y otra forma de vida y costumbres".
Se encuentra en el centro del pueblo. Es amplia, aunque irregular, pues presenta algunos entrantes y salientes. A ella se accede en el lado oeste por la calle El Cristo, que parte de la plaza de la ermita, por el norte desde la calle de san Miguel, por el mediodía desde la de Las Escuelas, y la atraviesa la calle Mayor, que se extiende desde las Eras hasta casi el lugar de los antiguos lavaderos.
Antiguamente la plaza Mayor tenía un mayor atractivo e incluso belleza, desde el punto de vista tradicional, pues en el centro de la misma estaba el pozo artesiano que, llamábamos el Caño, a pesar de ser tres y no uno sólo, por donde salía el agua. Alrededor del pozo había poyos de cemento en los que la gente se sentaba mientras se llenaban de agua los cacharros: calderos, cántaros, botijos, etc. Cerca del caño y por todo el centro de la plaza había acacias, algunas con muchos años que, a partir de la primavera mostraban sus racimos de flores olorosas, muy del agrado y satisfacción de todos los que pasaban por el lugar, o se detenían allí.
Con el paso del tiempo y, a pesar de la limpieza del Caño, este fue dejando de echar agua hasta que poco a poco fue desapareció, para dar paso a las modificaciones sucesivas por las que ha pasado la Plaza.
Pero no deja de haber sido el lugar en el que más gente se ha reunido a lo largo de la vida en el pueblo. Y es que en torno al agua, que es vital para la subsistencia humana y animal, sean ríos, arroyos, lagos, etc. y también fuentes, se concentran los pueblos y ciudades, y se reúnen las personas con mucha frecuencia. Y en Joarilla, aunque estaban el Chopo y Valdelafuente, el Caño, al ser un pozo artesiano y con mejor agua, tenía un mayor atractivo.
Hace años hubo columpios en el centro de la Plaza, junto al Caño.
En la Plaza destacaban y destacan algunos edificios de mayor antigüedad como era la casa de la señora Fidela y del señor Eusebio, con fachada de piedra y escudo de una antigua familia. Y también destacaba el edificio de la antigua farmacia o botica, que era de ladrillo con balcón sobre un pequeño soportal. Por cierto que dicho soportal ha desaparecido hace tiempo, lo cual ha extrañado a muchas personas, que pensaban que formaba parte de la misma plaza como ocurre en casi todos los lugares.
El soportal tenía tres pilares, dos de madera con argollas para atar a las caballerías cuando alguno procedente de pueblos cercanos venía a comprar algún medicamento. El otro pilar era de piedra.
Ahora ya no existe soportal con lo que tampoco se puede ver la entrada a la farmacia, que tenía puertas enrejadas antes de acceder a la ventanilla por la que el boticario despachaba al público. Solamente el recuerdo puede suplantar a la existencia del soportal, que era un espacio de interés para todos y que contribuía a dar realce, esplendor y más belleza a la amplia Plaza de que dispone Joarilla.
En la Plaza jugaban los niños, cuando no llovía y el barro que se formaba lo impedía. En la Plaza se colocaba el Mayo, el día 30 de Abril, antes de comenzar dicho mes. En ella se celebraban y se celebra la representación de los Reyes y hay bailes por las fiestas.
Por la Plaza pasan los pastores bailando y danzando el día de la fiesta.
Por la Plaza siguen pasado las procesiones con los santos, santas o vírgenes sobre las andas. Y a ella llegaban y llegan muchos vendedores de todo tipo de objetos, que colocan sus productos en mesas o en el mismo suelo.
De la Plaza Mayor todos los de Joarilla tienen muchos y buenos recuerdos, y más si su vida transcurrió cerca de ella. Ahora está asfaltado y con modernos jardines. Con árboles y flores de distintas especies y olores. Y está muy bien, pero, a pesar de todo, "muchos vecinos siguen sentándose en el Caño mientras se llena el botijo de agua y siguen oliendo las flores de las acacias, al tiempo que pasan las vacas, mulas y otros animales camino del mulatero o del bebedero. O algún carro hacia las Eras o hacia las bodegas. Y, aunque el botijo esté lleno, la conversación sigue, pues cada día hay nuevas noticias, aunque solamente sean locales o comarcales. Y así durante muchos años hasta que el Caño desapareció y la Plaza aceptó la transformación que trajo consigo el progreso y la modernidad. Son otros tiempos y otra forma de vida y costumbres".
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