domingo, 20 de febrero de 2011

Puertas y corrales


Puerta de entrada a una vivienda antigua. (Foto Alfonso Crespo).

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Puerta trasera de vivienda antigua, que da al portalón y al corral.
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Las casas antiguas, sobre todo las de los agricultores, tenían dos puertas, la de entrada a la vivienda o principal, de madera y de una sola hoja, y otra más amplia por la que se accedía directamente al corral, en donde había otras dependencias. Ese espacio se denominaba portalón.
El portalón, estaba cubierto, servía para recoger los carros y algunos otros útiles agrarios que convenía que no estuviesen a la intemperie. Su puerta, de gran tamaño y doble hoja, era de buena madera y a veces tenía como adorno clavos de hierro. Incluso en una de las hojas había una puerta más pequeña para entrar las personas, y no tener necesidad de abrir toda ella.
A veces los portalones se convertían en almacenes de las más variadas cosas.
El corral, sin embargo, es un espacio abierto que está en la parte posterior de la casa. Algunos tienen corrales de gran tamaño, dependiendo de la necesidad y utilización que se haga de él. Si se trata de agricultores o ganaderos el corral es más amplio, pues en su entorno están los pajares, las cuadras, etc. Y todo lo demás que solían tener los corrales: pocilga para el cerdo o los cerdos, gallinero, conejera, etc. Y es que en casi todas las casas, durante el año, se criaba un cerdo o más de uno, había gallinas y se criaban pollos y no faltaban los conejos, muchos o pocos, dependiendo a veces de las necesidades.
Para la alimentación de estos animales, cerdo, gallinas y pollos, se utilizaban los cereales, molidos o sin moler. Y para los conejos se traía del campo alfalfa, mielgas u otras plantas que era de su agrado. Era frecuente ver a la gente cargada con haces de plantas verdes cuando venía de ‘coger para los conejos’.
Y antiguamente, cuando no se disponía de agua corriente y servicios en las casas. el corral o la cuadra, una de sus dependencias, eran los lugares que se utilizaban para el alivio de las necesidades físicas, más o menos perentorias.
Algunos corrales tenían árboles sobre todo higueras, membrillos o nogales que, durante el verano, además de proporcionar sombra, contribuían en alguna medida al frescor del lugar. De ahí que las familias pasasen también muchos ratos en el corral para aliviarse de los calores.











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