Con anterioridad he escrito en este blog sobre las bodegas, o ir de bodega. Pero por las nuevas y antiguas imágenes que me han llegado quiero hacerlo una vez más.
Porque ir a la bodega se hace
durante todo el año, sobre todo aquellos
vecinos de Joarilla que todavía cultivan viñas y elaboran vino, pues además de ir con frecuencia a por la bebida, tienen
que preparar cubas y limpiar todo el
recinto al llegar la vendimia Pero lo más común es que sea a partir de la
primavera y durante el verano cuando más se va
a dicho lugar, bien a comer, merendar, o simplemente a probar el vino
con parientes y amigos, cuando a cada uno le apetezca.
La bodega no deja de
ser una distracción en la vida del pueblo y, para algunos, de tal valor e
importancia que consideran una atención especial el invitar a forasteros y
amigos a ir, ver la bodega, y pasar un
rato en el lugar, degustando algún tipo de comida junto al vino, antes denominado
casi siempre clarete, como vino propio de esta zona de León. Ahora todo, poco
a poco, cambia o va cambiando con el paso del tiempo. Y al desparecer las
personas mayores se van introduciendo nuevas maneras en las costumbres y
vivencias de los pueblos.
Desde las bodegas de
Joarilla, al menos desde gran parte de ellas, situadas al este del pueblo y en
lugar elevado, se ofrece una amplia y bella panorámica, pues se ve casi todo el
pueblo, el puente, ahora con río en el que no falta el agua, y también los
valles que se alargan por un lado hasta San Miguel de Montañán y por el otro
casi hasta Melgar de Abajo.
Y algunos también ven o
recuerdan desde dicho lugar la poza, el huerto de Luis, las adoberas, el
alambique, la alameda, Valdelafuente, etc. Y por supuesto se ve también la torre, el
depósito de agua, el cementerio, etc. Y hasta el mismo San Miguel, pueblo
citado anteriormente.
Hay distracción
suficiente desde las bodegas, y más si se da paso a los recuerdos. Pero allí se
va también a merendar, casi siempre en grupos de amigos o familiares, y si el
tiempo es bueno se colocan delante de la puerta, al aire libre o junto a la
caseta o cuartel, si se dispone de él.
Las imágenes que vemos aquí, todas ellas
antiguas, forman parte de las que vecinos y amigos del pueblo, cedieron para el
libro Memoria Gráfica de un Siglo, que publicamos el verano pasado, y que no se
pudieron incluir en dicha edición. Mari Sol de Castro me las ha enviado y podrán verlas en este blog. Al no
conocer a muchas de las personas que aparecen en ellas, prescindo de los pies
de foto y que los que las vean sean los
que opinen sobre ellas.
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