El pago de Valdecea en Joarilla de las Matas. Al fondo la casa y la finca privada, en lo alto del valle y rodeada de vegetación y arboleda. |
Es un nombre muy conocido en Joarilla. Y no sólo por
referirse a las tierras y viñedos que hay en dicho término, sino también porque
con Valdecea nos referimos también a la
finca, bastante extensa, y con casa, que siempre existió allí. Su propietario
era Goyo el farmaceútico y ahora lo serán sus herederos. Situada en lo alto,
desde ella se divisan dos valles o
arroyos, uno el denominado Ruipedro o del Valle, que viene desde Valdespino, antes
ha pasado por Bercisanos y Gordaliza, y otro, el que viene desde Joarilla, denominado del Puente. Este también viene de lejos pues
antes ha pasado por los pagos o pueblos de San Miguel de Montañán, Villeza,
Vallecillo, Las Grañeras y el Burgo Ranero. (Carrera, Mª. Fátima- “Toponimia de
los valles del Cea, Valderaduey y Sequilla”).
Allí mismo, muy cerca de Valdecea, se juntan ambos valles y arroyos, para
dirigirse formando ya uno sólo hacia el río Cea, en el término de Melgar de
Abajo. No hay que olvidar que los prefijos valde-
vall- vall- significan “valle” y son muchos los pueblos, pagos u otros
lugares de la zona que los tienen. Además de Valdecea y Valdespino, tenemos
cerca Valdelafuente, Valdelaguna, etc.
Hace ya muchos años cuando
Joarilla estaba más aislada y no contaba con carreteras ni otros medios e
infraestructuras los viajes se hacían en carro, caballo o a pie. Y se acudía a
los pueblos que sí disponían de carretera: Vallecillo o Gordaliza, para ir a León, y Melgar de Abajo o Monasterio, si se iba a
Valladolid. En estos últimos podíamos ver el río Cea al pasar por el puente de
acceso al pueblo.
La verdad es que el río no estaba
tan lejos de Joarilla, lo que estaba lejos y era pesado era el camino por el
que había que ir. Y es que los valles y arroyos conducen a los ríos.
Ahora todo ha cambiado y el arroyo El Puente se ha convertido en un pequeño
río, al circular por él agua casi todo el año, el agua sobrante de los canales
de riego construidos para el regadío.
La casa de Valdecea vista desde más cerca, y en la ladera caseta con uno de los pozos que se utilizaban para regar la huerta. |
Pero el pago de Valdecea y la
finca en concreto tenían fama por las viñas, con variedad de uvas blancas y
tintas, que producían buen vino. Y allí había también árboles frutales:
cerezos, perales, manzanos y también muchos almendros. Con el tiempo, el paso
de los años y la falta de atención y cuidado han ido desapareciendo. La finca
estaba rodeada de setos, que en primavera dejaban ver sus flores amarillas. Y
había cerca un pozo que proporcionaba agua a la casa y a los productos de la
huerta que se cultivasen.
Al acercarse a Joarilla desde
Melgar, cerca ya del pueblo, y a mano derecha, se divisa la pequeña casa, pintada de blanco, de Valdecea.
Su entorno o paisaje varía según la estación del año, todo verde y florido en
primavera y parte del verano, y seco y sin vegetación en los meses de otoño e
invierno.
Por el contrario, si miramos al
frente, lo que destaca y veremos es la torre de Joarilla, de ladrillo, como
otras, pero una de las más altas de la
comarca.
Desde el camino de Melgar, al fondo, destaca la torre de la iglesia, el mayor y mejor testigo de la antigüedad de Joarilla, y de gran valor artístico. |
Valdecea, por su situación merece
una visita, un paseo en una tarde del verano, para ver el paisaje desde la
altura y contemplar al atardecer la puesta del sol. Porque desde allí se puede
ver el pueblo de Valdespino, también las bodegas y el pueblo de Joarilla, el
valle del Cea y Melgar de Abajo, los prados verdes y muchas tierras sembradas
de cereales. Al fondo, hacia el oeste y algo más lejos la Caperuza, la eras de
Joarilla y las viñas que hay en estos lugares. Y es que las Matas y el Paramo,
lo mismo que la Tierra de Campos, también tienen mucho que ofrecer a los
viajeros, amantes de la naturaleza.
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