domingo, 26 de diciembre de 2010

"La Cordera y los Reyes". La Navidad en Joarilla de las Matas.


Portada del libro sobre la Navidad en Joarilla de las Matas. Año 2003.

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Los pastores, el ángel, otros actores, y algunos acompañantes, posan en la plaza de la iglesia con la corderilla que se ofreció antes de la representación del año 2002.

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Cartel anunciador de las actividades organizadas por el Instituto Leonés de Cultura sobre la Pastorada Leonesa durante los días 16 al 19 de diciembre de 2010.

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El grupo vocal e instrumental de Zamora 'Alollano' interpretando en la basílica de la Virgen del Camino algunos cánticos de la Pastorada Leonesa.
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"La Cordera y los Reyes". La Navidad en Joarilla de las Matas, es el título del libro que publiqué en el 2003. Sirvió de homenaje y recuerdo para los hombres y mujeres de Joarilla que en este mismo año, y después de casi 40 sin hacerlo, iban a poner en escena, el día 6 de enero, el auto los Reyes Magos. La Cordera (o Pastorada) la habían representado el día 21 de diciembre del año anterior.
Desde esta fecha las representaciones se han repetido, aunque no todos los años. Nuestro deseo sería que continuaran con esta tradición, no solamente en Joarilla sino también en otros pueblos de la provincia.
Con la publicación se trataba de dar a conocer el hecho, y hacer ver su importancia desde el punto de vista tradicional.
Los pastores en Joarilla siempre tuvieron gran protagonismo. Y, no sólo por la representación de la Cordera o Pastorada, en la cual participaban, sino porque desde 1833 e incluso antes, existe una cofradía que lleva su nombre en la que destacan la danzas de las cachas y la ronda de la Chaparrilla, aparte de lo diversos actos religiosos Ocurre que esta cofradía tenía un pequeño rebaño de ovejas y, con frecuencia, uno de sus corderos se ofrecía al Niño Dios por Nochebuena en la representación que hacían de la Cordera.
Pero los actores de la Cordera no eran solo, ni siempre, los mismos que los que pertenecían a la cofradía, aunque algunos sí lo fuesen.
La celebración en León durante unos días de varias actividades relacionadas con La Pastorada Leonesa, organizadas por el Instituto Leonés de Cultura, ha servido para recordarme La Cordera de Joarilla y la importancia que tiene y ha tenido en el mantenimiento de esta tradición.
En las conferencias y mesas redondas se habló largo y tendido sobre dicho tema e incluso se presentó el texto de una pastorada recientemente descubierta como la del pueblo de Acebedo.
Y el domingo día 19 se celebró un concierto sobre La Pastorada Leonesa a cargo del grupo vocal e instrumental Alollano, de Zamora, bajo la dirección de Miguel Manzano.
El concierto sirvió de presentación de los dos discos que habían grabado con anterioridad.
Los trece cánticos elegidos e interpretados sirvieron para recordarnos La Cordera y los Pastores de Joarilla, pues, con los debidos arreglos, a cargo de su director, casi todos reflejaban muy bien el modo en que lo hacen los hombres y mujeres del pueblo.
La verdad es que la actividad ha sido importante, pues con ella se deja constancia de la importancia que en alguna época tuvo el teatro popular, en este caso religioso, al representarse los autos relacionados con la Navidad y los Reyes.

martes, 21 de diciembre de 2010

El Nacimiento.


Nacimiento o Belén en Joarilla de las Matas. Año 2006. Esta colocado junto a la escalera por la que se sube al coro de la iglesia.

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Portal del Belén o Nacimiento de Joarilla. Año 2006.
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Imagen del Niño Jesús que se adoraba en la iglesia de Joarilla los días de Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y Reyes.
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Cuando se acercaba la Navidad, en la iglesia de Jorilla, como en casi todos los pueblos, se colocaba un Belén. Lo curioso es que se decía “poner el Nacimiento”. Y se contaba con amplia colaboración, sobre todo de los niños, que se lo pasaban muy bien.
El lugar indicado era al lado del altar mayor, para que pudiera ser visto por los asistentes a los distintos actos religiosos. Y no faltaban, como en ocurre en todos los belenes, aparte de la escena principal, (Jesús Niño, María, José, el buey y la mula, todos en el portal), otros motivos que servían para recordar mejor el acontecimiento: el anuncio del ángel desde un árbol a los pastores, el palacio de Herodes, casas de Belén hechas de corcho, escenas de la vida y costumbres de los vecinos, animales diversos por los prados o en sus establos: cerdos, gallinas, burros, patos, etc.
Para hacer el río, a falta del papel albal, de uso tan frecuente hoy día, se utilizaba el papel plateado que envolvía las tabletas de chocolate; los caminos se señalizaban con arena; para los montes se buscaban piedras y musgo, que también servía para los prados; y la nieve de las montañas se simulaba con harina o cal.
Sobre el portal destacaba la estrella que serviría de señal para los Reyes Magos. Por cierto que, mientras las demás figuras ocupaban siempre el mismo lugar durante todos los días de la Navidad, las de los Reyes iban cambiando de sitio, como que caminasen, pues veíamos que cada día estaban más cerca del portal, a medida que se acercaba su fiesta, tan esperada sobre todo por los niños. Y es que alguien se encargaba de mover a los camellos con los reyes y a sus pajes, para una mayor sensación y disfrute de todos.
Ante el Nacimiento se cantaban villancicos casi todos lo días festivos: Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y, por supuesto, Reyes. Y, además, a partir de la Nochebuena todos los días se adoraba al Niño, obsequiándole con piñones, nueces, avellanas y también con monedas. Todo ello eran donativos para la iglesia.
Para el acto de la adoración, el sacerdote, al finalizar la misa, cogía en sus manos la imagen del Niño Jesús que se conserva en la iglesia y que estos días está colocada junto al Nacimiento. Todo el pueblo se acercaba para besarla y ofrecerle algo. Mientras tanto se cantaban los villancicos tradicionales, que eran muy conocidos por todos: Campana sobre campana…Pastores venid, pastores llegad…¡Ay del chiquirritín, metidito entre pajas¡…Pero mira cómo beben los peces en el río... Esta noche es Nochebuena…Dime Niño de quien eres…, etc.
Y los villancicos, acompañados de zambomba, pandereta, pájaro que silba y otros instrumentos, también sonaban con frecuencia por calles y plazas del pueblo durante estos días. E incluso a las puertas de algunas casas a las que se acercaban grupos de niños y niñas para cantar. Sobre todo niñas cuando vivía la maestra Doña Justina, que era la que se preocupaba de enseñárselos, en la escuela, en la iglesia o en su propia casa. Y es que Doña Justina, además de muchas otras cosas, sabía música, y cantaba muy bien. Al llegar la Navidad colaboraba como nadie en todas las celebraciones.
La Navidad se celebraba de otra manera, pues otra, y muy distinta, era la forma de vivir y las costumbres de los años 1950-1960, a los que me estoy refiriendo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

La imagen. A vista de pájaro.



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Esta foto de Paisajes Españoles, publicada hace ya varios años, nos permite ver el pueblo de Joarilla casi en su totalidad. Tan solo no aparecen las bodegas, ni algunos otros alrededores. Pero es suficiente para que los que viven en el pueblo y los joarillenses que residen fuera, puedan recordar calles, plazas, casas, edificios públicos, etc. y pasar un rato localizando los diversos lugares que aparecen en la imagen.
En la parte baja vemos el puente, la alameda y lo que era la antigua fábrica de alcoholes. Un poco más arriba, las calles de La Fragua, El Puente y El Chopo. Al lado de esta el Trébano, esa pequeña zona de arboleda y vegetación. Y, junto al trébano, las ruinas del palomar de D. Pompeyo.
Más al centro del pueblo destaca la iglesia con su torre mudejar, no lejos estan los lavaderos, hoy ya desaparecidos, y el dificio antiguo del Ayuntamiento.
Se distingue también la plaza Mayor con los jardines que había, y las calles de El Cristo y Mayor, con el depósito del agua en la parte de arriba.
A la izquierda de la imagen esta la calle de La Fuente, y Valdelafuente, con el palomar circular y la huerta de la familia de Victor el hijo de D. Florencio, el médico. Y en la pate superior las Eras y tierras y tierras, unas sembradas y otras en barbecho, atravesadas por algunos caminos como el de Izagre.
Además de lo que se ve, la imagen nos puede sugerir y recordar muchas otras cosas referidas a vivencias, sentimientos o emociones. Pero esto es una cosa más personal y distinta en cada uno de los que contemplen la fotografía.

lunes, 13 de diciembre de 2010

"Que santa Lucía te conserve la vista"


Retablo del Cristo del Amparo. Junto a él, en la parte baja, la imagen de santa Lucía.

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Imagen de santa Lucía en la iglesia de Joarilla de las Matas.
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Cuando llegaba el 13 de diciembre, festividad de santa Lucía, muchas personas en Joarilla, se acordaban de este refrán. Y es que en la iglesia hay una imagen de la santa, que está colocada junto al retablo del Cristo del Amparo y que, tal vez, proceda de una donación realizada por algún devoto del mismo pueblo. Y en este día algunas personas asistían a la santa misa y le rezaban de modo especial a la santa, pidiéndole protección y salud para sus ojos.
Antiguamente, más que en la actualidad, existía una gran tradición religiosa en torno a los santos, santas y vírgenes Se les invocaba en caso de necesidades, no solamente espirituales, sino también materiales. Además ocurre que, en el santoral, los hay para todo. No hay oficio o profesión, trabajo u ocupación, sin su patrono o protector, ni hay enfermedad, desgracia o necesidad que no pueda ser atendida por alguno. Creyentes y no creyentes visitan santuarios y ermitas y piden su ayuda. E incluso confían en ellos, como si de médicos o curanderos se tratase. Y no se pierden la tradición o fiesta que se organice en su día.
A Santa Lucía se le invoca y es protectora de todo lo relacionado con los ojos, con la visión. Es creencia popular que atiende y se la considera patrona de:
-las modistas, bordadoras, colchoneros, tejedores y todos aquellos que en su trabajo o actividad necesitan gozar de una buena vista.
-los oculistas, que se dedican a la curación de los ojos o de cualquier enfermedad relacionada con ellos.
-los ciegos, que por nacimiento o por otro motivo han perdido la visión.
-los electricistas, cuyo oficio tiene que ver con la luz, aunque sea industrial. Para ellos es como la Virgen de la Luz.
Esta doncella, de ilustre familia siracusana (Sicilia), que rehusó el matrimonio y distribuyó sus bienes entre los pobres, murió como mártir, victima de la persecución del emperador Diocleciano, en el año 304. La atraviesan la garganta con una espada al no conseguir que muriese en la hoguera, además de otros padecimientos
Se la representa con túnica y manto romano, larga cabellera y corona de flores. Como atributo personal, lleva en sus manos, además de la palma del martirio, un platillo o pequeña copa con dos ojos. No se habla en la Leyenda Dorada, ni en otras fuentes, del tormento de sacarle los ojos. Es un episodio tardío de la leyenda que no aparece hasta el el siglo XIV. Y tal vez este atributo tenga que ver con su propio nombre latino lux (luz). De hecho en algunos países cristianos se la representa también con una lámpara o linterna encendida. Y en la Europa del Norte, el día de su fiesta, jóvenes coronadas de cirios anuncian la cercanía del solsticio de invierno. De su proximidad e importancia nos da fe y lo confirma el refranero, que muchos conocen y hasta conceden credibilidad, cuando dice que: “Santa Lucía es el más corto de los días” o que “Por Santa Lucía mengua la noche y crece el día”, aunque se complete añadiendo que “ni creció ni menguó hasta que el Niño Dios nació”.
Que el nombre de Lucía viene de luz (lux) es un hecho cierto. Como lo es, el que la luz es bella de por sí, y resulta bella para los ojos que la contemplan. La luz deleita a la vista y se refleja en los objetos, sin que nada de ellos se le pegue, por inmundo que sea.
Acertado nombre elegido para esta mujer romana cuya vida, según la leyenda, transcurrió entre su belleza, su virginidad, su caridad y sobre todo su continuo caminar por la senda del servicio divino sin detención y negligencia. No nos extraña, pues, que todos aquellos para quienes la luz sea un término familiar, porque la necesitan y utilizan en su trabajo, o la producen para los demás, o quienes por profesión curen y cuiden la vista, tengan a esta santa por patrona. Y tampoco nos extraña que se considere a los ojos, que la ven, como el mejor símbolo o atributo de ella.

martes, 7 de diciembre de 2010

La Inmaculada.


Inmaculada, siglo XVI. Iglesia de Joarilla.

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Imagen más moderna de la Inmaculada, (la Purísima para los vecinos de Joarilla).
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Imagen antigua de un grupo de mujeres jóvenes de Joarilla, pertenecientes a la asociación Hijas de María. Están delante del altar nayor y del retablo , que se cubría con una tela con estrellas con la Purísima en el centro. Se colocaba durante el mes de mayo, el mes de las flores y mes de María. La foto es de la década de 1950.
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A la Virgen María se le tuvo siempre gran devoción en la Iglesia Católica y mucho más desde que en el año 1854 se declaró el dogma de la Inmaculada Concepción de María. Dogma según el cual la Santísima Virgen nació libre de pecado original.
Esta creencia ya existía en la Iglesia con anterioridad, pero no se había llevado a cabo una declaración expresa sobre ello. Incluso se afirma que ya desde el Concilio de Trento (431) se había excluido a María del debate sobre el pecado original. Y, en todo tiempo, escritores y, sobre todo, pintores y escultores, representaron a la Inmaculada en sus obras.
Incluso, tal vez antes de la declaración del dogma, es posible que se utilizase la conocida expresión: Ave María Purísima – Sin pecado concebida, y otras más o menos populares.
Este de la Inmaculada Concepción fue siempre un tema discutido en la Iglesia Católica. Se decía que María había nacido, sin pecado como Jesús, de un beso intercambiado por sus padres Ana y Joaquín en la puerta dorada de Jerusalén, creencia esta que suscitó muchas controversias en la Edad Media y a la que se opusieron muchos autores y personajes famosos, algunos de los cuales fueron después considerados santos.
Desde la declaración de este dogma las imágenes y representaciones de María fueron muchas más y referidas a todos los momentos de su vida: su Natividad e infancia, de joven sin o con embarazo, en la Anunciación, Visitación, Purificación, con el Niño en sus brazos, como Dolorosa, en la Asunción, etc. Y también, como no, a lo que nos estamos refiriendo, como Inmaculada, (Purisima, para muchos).
En Joarilla hay dos imágenes de la Inmaculada, una antigua del siglo XVI, que estuvo durante mucho tiempo en la sacristía y ahora esta colocada en la parte baja del retablo central, y otra más moderna, que llamábamos la Purísima y era la que más se utilizaba, allá por la década de 1950, el día de su fiesta (8 de diciembre) y también durante el mes de mayo, el mes de María y mes de las flores.
Se celebraba una novena que comenzaba el día 30 de noviembre para terminar el día 8. Esos días se oía decir con frecuencia: “ya tocan a la novena de la Purísima” o “vamos a la novena”… En el acto religioso de cada día entre las distintas jaculatorias y oraciones no faltaba el “Bendita sea tu pureza” apropiado para esta conmemoración y que casi todos los presentes sabían y decían de corrido y de memoria:
Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada, María,
Te ofrezco desde este día
Alma, vida y corazón;
Mírame con compasión,
No me dejes, Madre mía.
Al finalizar la novena también se entonaba algún cántico mariano, como este que tenía el siguiente estribillo:
¡Oh María,
Madre mía¡
¡Oh consuelo del mortal¡
¡Amparadme
y guiadme
a la patria celestial¡.

En Joarilla, como en casi todos los pueblos, había una agrupación o asociación religiosa de mujeres, denominada Hijas de María, que eran las encargadas de organizar todos los actos que tuvieran que ver con la Purísima, tanto en este día, como en el mes de mayo, que era considerado el mes de María y mes de las flores.
Las Hijas de María, sobre todo en los actos religiosos, se colocaban sobre su hombro derecho, cruzando el pecho, una banda de tela especial, de color azul con la inscripción correspondiente ‘Hijas de María’.
También ayudaban al sacerdote en otros momentos a lo largo del año, pues casi siempre se encargaban ellas de la limpieza de la iglesia y de colocar las flores y otros adornos en los altares e imágenes.