sábado, 19 de febrero de 2011

Y se hizo la luz...

El transformador de Joarilla recuerda a todos la llegada e instalación de la luz eléctrica.

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Cableado existente en el interior del transformador.
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Candiles, faroles, carburos y velas, se utilizaban antes de la llegada de la luz eléctrica.
(Fotografía tomada del blog "Museo Virtual de Arrabalde").
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Un ejemplo de cómo eran las peras, o llaves, utilizadas antiguamente para abrir y cerrar el circuito eléctrico.

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Trini y Feliciano conservan su farol limpio e incluso preparado para usarlo en caso de necesidad.
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Las Candelas, el día 2 de febrero, es la fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el templo, fiesta de la Purificación y también de la Luz. En los actos religiosos celebrados en este día se bendicen y encienden abundantes velas y velones y con ellas, en algunos lugares, se sale en procesión para recordar a todos la conmemoración.
La luz, lo mismo que el fuego y el agua son símbolos religiosos de fe y también de purificación. Con la luz desaparece la oscuridad y junto con el fuego y el agua son tres elementos esenciales para el vivir diario.
Antiguamente este día se celebraba con solemnidad en muchos pueblos y también en Joarilla, como hemos escrito con anterioridad.
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Pero, ahora, quiero recordar aquí un acontecimiento importante ocurrido en el pueblo, el día 2 de febrero del año 1929. Lo cuenta Luis Miguel Bajo en su breve historia de Joarilla de la siguiente forma:
“Para Joarilla el inicio del siglo XX significó un período de cierta modernización y crecimiento económico y poblacional. La llegada de la electricidad y la compra de la Dehesa fueron los dos acontecimientos fundamentales para el pueblo…”
No deja de llamarnos la atención que fuese precisamente el día de Las Candelas cuando llegó por primera vez la luz eléctrica al pueblo. Y como ocurre en otros pueblos se celebró a lo grande. Por la mañana fiesta religiosa, misa y demás actos, y por la tarde fiesta no religiosa en la que, entre otros cosas, se representaron las comedias El Castillo de Simancas, drama histórico, y Los Embusteros, un graciosos juguete cómico. Por supuesto que los actores y actrices fueron hombres y mujeres del pueblo.
A partir de este momento comienza la instalación eléctrica en las casas y calles. Poco a poco se van viendo por todo el pueblo cables de la época y bombillas de no mucho voltaje. Y también las llaves de luz, blancas y de forma redonda, junto con las ‘peras’, en alcobas y otras dependencias.
En las calles la oscuridad nocturna se aligera con pequeñas bombillas bajo plato colocadas en las esquinas de algunos edificios.
La potencia no era mucha y las averías frecuentes. Por eso las velas, candiles y carburos seguían utilizándose. O al menos se tenía a la mano para casos de emergencia.
Más tarde se construiría el transformador y hasta se contó con electricista, que se encargaba de solucionar las abundantes averías que se originaban en una red con postes de madera y cableado de no buena calidad. Pero eran otros tiempos y otra forma de vivir y también de pensar.