Se llama así al acto de cantar su
primera misa un sacerdote. Cuando esto ocurría en Joarilla, como en otros
pueblos, era una gran fiesta. Y no sólo lo celebraban los familiares y amigos,
sino todos los vecinos y muchos forasteros.
En aquella época, hace 50 o 60
años, a cualquier acto religioso se le daba mucha importancia. Y este era uno
de ellos. Se valoraba el que un hijo del pueblo llegase al sacerdocio o fuese
religioso.
La celebración de su primera misa
revestía gran solemnidad, era cantada y el nuevo sacerdote estaba acompañado de
otros muchos compañeros. Uno de los momentos más llamativos era el besamanos.
Al finalizar la misa todos los asistentes pasaban por el presbiterio para besar
sus manos.
Y, aparte de otras cosas, en
Jorilla y otros pueblos tenían la costumbre de llevar en andas al nuevo
sacerdote desde el domicilio de sus padres hasta la iglesia, bajo un arco hecho
de ramas y flores, como podemos ver en las imagenes.
Solían hacerlo los mozos, de la
quinta del nuevo sacerdote. En este caso les tocó a Habilio y a Pepe, al menos
son ellos los que se ven, en la primera foto, en la parte delantera de las andas. En la otra imagen es Nano, el que cantaba o decía su primera misa, acompañado de sus padres.
Nano era el hijo
del señor José el herrero, que estudió y se ordenó sacerdote en Argentina.
Después de la misa no faltaba la
invitación a tomar dulces a todos los asistentes, y familiares y amigos se
reunían para el banquete.