viernes, 22 de enero de 2010
El Chopo
Imagen del Chopo antes de su restauración y limpieza.
La fábrica de alcoholes y aguardientes estaba cerca del Chopo.
Al fondo, desde el Chopo, se ve el pueblo de San Miguel de Montañán.
El pequeño Reguero se ha convertido en río.
La fuente y su entorno en la actualidad.
Así se llama la fuente que hay junto al Arroyo o Reguero, muy cerca del puente. En sus alrededores siempre hubo chopos, de ahí su nombre. Era antiguamente lugar de cita o reunión para muchos, tanto niños, como mayores. Se decía con frecuencia “Te espero en el Chopo”. “Voy hasta el Chopo”, etc. Y hasta una calle recibió el nombre de la fuente. Al otro lado del arroyo, frente al Chopo, estaba la fabrica de alcoholes de Joarilla, hoy ya desaparecida.
La verdad es que se estaba bien allí junto a la fuente, sobre todo en primavera y verano, pues había sombra y además se contaba con agua, que, por lo que decían, era buena, no solamente para limpiar y lavar, sino también para beber. Quienes más se servían de ella eran los que vivían cerca.
Esta fuente era más antigua que el pozo artesiano que se construyó en la Plaza mayor. Cuando esta obra finalizó todos los vecinos acudían aquí a por agua con los calderos, cántaros, cántaras y botijos, los mismos recipientes con los que antes iban al Chopo, que pronto dejó de prestar el servicio que siempre tuvo.
El agua de El Chopo siguió utilizándose para otros fines. Junto a la fuente se veía con frecuencia a algún vecino lavando aperos, maquinas, cubetos para el vino u otros utensilios de la casa.
Poco a poco se fue abandonando la fuente y llenándose ella y su entorno de maleza y suciedad. A veces la limpiaban, para que el agua manase más y mejor. Porque era un buen manantial y se mantenía a un nivel razonable.
Hubo un tiempo en que decían que en el Chopo había cangrejos y parece ser que era verdad. Lo que de niños no nos explicábamos era cómo y por qué habían llegado hasta allí. No pensábamos que alguien había arrojado al agua algunos ejemplares, (que fue lo que ocurrió), y seguro que llegaron a reproducirse.
En la actualidad la fuente está restaurada y hasta tiene puesto su nombre en la parte superior. Lo merece, como todo lo que sirva para recordar el pasado y la vida y costumbres del pueblo.
Así se llama la fuente que hay junto al Arroyo o Reguero, muy cerca del puente. En sus alrededores siempre hubo chopos, de ahí su nombre. Era antiguamente lugar de cita o reunión para muchos, tanto niños, como mayores. Se decía con frecuencia “Te espero en el Chopo”. “Voy hasta el Chopo”, etc. Y hasta una calle recibió el nombre de la fuente. Al otro lado del arroyo, frente al Chopo, estaba la fabrica de alcoholes de Joarilla, hoy ya desaparecida.
La verdad es que se estaba bien allí junto a la fuente, sobre todo en primavera y verano, pues había sombra y además se contaba con agua, que, por lo que decían, era buena, no solamente para limpiar y lavar, sino también para beber. Quienes más se servían de ella eran los que vivían cerca.
Esta fuente era más antigua que el pozo artesiano que se construyó en la Plaza mayor. Cuando esta obra finalizó todos los vecinos acudían aquí a por agua con los calderos, cántaros, cántaras y botijos, los mismos recipientes con los que antes iban al Chopo, que pronto dejó de prestar el servicio que siempre tuvo.
El agua de El Chopo siguió utilizándose para otros fines. Junto a la fuente se veía con frecuencia a algún vecino lavando aperos, maquinas, cubetos para el vino u otros utensilios de la casa.
Poco a poco se fue abandonando la fuente y llenándose ella y su entorno de maleza y suciedad. A veces la limpiaban, para que el agua manase más y mejor. Porque era un buen manantial y se mantenía a un nivel razonable.
Hubo un tiempo en que decían que en el Chopo había cangrejos y parece ser que era verdad. Lo que de niños no nos explicábamos era cómo y por qué habían llegado hasta allí. No pensábamos que alguien había arrojado al agua algunos ejemplares, (que fue lo que ocurrió), y seguro que llegaron a reproducirse.
En la actualidad la fuente está restaurada y hasta tiene puesto su nombre en la parte superior. Lo merece, como todo lo que sirva para recordar el pasado y la vida y costumbres del pueblo.
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