El altar
El Calvario
Jesús
María
San Juan
VI Estación. La Verónica enjuga el rostro de Jesús
14 Estación. Jesús es colocado en el sepulcro.
El interior de la Ermita nos muestra aún más su antigüedad: se trata de una nave rectangular, con techo de madera y con las paredes encaladas. Pegado al muro lateral oeste hay un banco alargado, de madera, y en el centro algunos más sobre las baldosas rojas y antiguas, fregadas muchas veces con agua mezclada con ingredientes entre los que no faltaba el mazarrón. En las paredes había catorce cruces pequeñas, que indicaban los lugares en los que hay que detenerse cuando se reza el Via Crucis. Ahora han colocado allí los catorce cuadros con grabados que representan escenas de dichas estaciones y que estuvieron siempre en la iglesia.
Lo más importante de la ermita son las imágenes de El Calvario que se encuentran en el altar. Se trata de Jesús crucificado con María y San Juan a ambos lados. Es uno más de los muchos existentes en iglesias, ermitas o museos de pueblos de Castilla y León. Son tallas de los siglos XII-XIII, que merecían atención, respeto y conservación. Así se ha hecho en Joarilla, puesto que han sido restauradas y muestran aún más su belleza y antigüedad.
En las paredes se ve un exvoto de cera, procedente de alguna persona, en agradecimiento y como recuerdo de algún favor o bien conseguido. También hay un limosnero de madera, en el que visitantes y devotos depositan sus ofrendas en metálico.
Además de los bancos hay todavía algunos de los reclinatorios que en el pasado llenaban las iglesias y ermitas, unos de propiedad privada y otro pertenecientes al templo.
En la ermita se respira un ambiente de soledad, silencio y recogimiento. Se abre con más frecuencia durante la Cuaresma, por lo del rezo del Vía Crucis. También con motivo de la fiesta de la Exaltación de la Cruz en el mes de Mayo, por el Cristo en el mes de Septiembre y en algunos otros momentos especiales a lo largo del año.
El interior de la Ermita nos muestra aún más su antigüedad: se trata de una nave rectangular, con techo de madera y con las paredes encaladas. Pegado al muro lateral oeste hay un banco alargado, de madera, y en el centro algunos más sobre las baldosas rojas y antiguas, fregadas muchas veces con agua mezclada con ingredientes entre los que no faltaba el mazarrón. En las paredes había catorce cruces pequeñas, que indicaban los lugares en los que hay que detenerse cuando se reza el Via Crucis. Ahora han colocado allí los catorce cuadros con grabados que representan escenas de dichas estaciones y que estuvieron siempre en la iglesia.
Lo más importante de la ermita son las imágenes de El Calvario que se encuentran en el altar. Se trata de Jesús crucificado con María y San Juan a ambos lados. Es uno más de los muchos existentes en iglesias, ermitas o museos de pueblos de Castilla y León. Son tallas de los siglos XII-XIII, que merecían atención, respeto y conservación. Así se ha hecho en Joarilla, puesto que han sido restauradas y muestran aún más su belleza y antigüedad.
En las paredes se ve un exvoto de cera, procedente de alguna persona, en agradecimiento y como recuerdo de algún favor o bien conseguido. También hay un limosnero de madera, en el que visitantes y devotos depositan sus ofrendas en metálico.
Además de los bancos hay todavía algunos de los reclinatorios que en el pasado llenaban las iglesias y ermitas, unos de propiedad privada y otro pertenecientes al templo.
En la ermita se respira un ambiente de soledad, silencio y recogimiento. Se abre con más frecuencia durante la Cuaresma, por lo del rezo del Vía Crucis. También con motivo de la fiesta de la Exaltación de la Cruz en el mes de Mayo, por el Cristo en el mes de Septiembre y en algunos otros momentos especiales a lo largo del año.
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