La Poza se oculta entre juncales y demás vegetación durante el verano.
Junto al huerto del señor Luis, en el Valle o Prado de Arriba, cuando se llega a Joarilla viniendo de San Miguel de Montañán, se encuentra La Poza. Era como una pequeña laguna con agua durante todo el año, que recogía y por donde pasaban las aguas procedentes del citado valle en tiempo de lluvias, y cuando se producían riadas.
Las aguas pasaban por aquí y continuaban por el Reguero, bajo el puente y cerca de la Alameda. Seguían después por el Valle o Prado de Abajo hasta llegar al río Cea.
En la Poza se estancaba más el agua y duraba hasta el verano. Además decían, y así debe ocurrir, que, lo mismo que en los Manaderos, había allí también un manantial que contribuía a ello. Incluso el agua se utilizaba para regar alguno de los huertos que había en las proximidades.
A la Poza íbamos con frecuencia a pasar algunos ratos, sobre todo los domingos y días festivos, a merendar, pasear o simplemente a estar a la sombra de los chopos y cerca del frescor del agua. Y muchas veces a pescar, pues había peces, entre ellos alguna tenca. Y por supuesto también ranas, muchas ranas. A falta de piscinas, en el verano, también nos bañábamos en la Poza, lo mismo que se hacía en otras lagunas de pueblo
“Te espero en la Poza”. “Vamos hasta la Poza”. “Están por la Poza”, etc., eran frases o expresiones que se oían con frecuencia. Y, aunque la Poza era solamente el lugar concreto del manantial con laguna o charca, se entendía la frase como referida a toda la zona en la que estaba.
Era y siguen siendo, aunque con los cambios ligados al paso del tiempo, una zona verde y de expansión lo mismo que el Chopo, la Alameda, los Manaderos, el Trébano, Valdelafuente y algunos otros lugares de Joarilla.
Junto al huerto del señor Luis, en el Valle o Prado de Arriba, cuando se llega a Joarilla viniendo de San Miguel de Montañán, se encuentra La Poza. Era como una pequeña laguna con agua durante todo el año, que recogía y por donde pasaban las aguas procedentes del citado valle en tiempo de lluvias, y cuando se producían riadas.
Las aguas pasaban por aquí y continuaban por el Reguero, bajo el puente y cerca de la Alameda. Seguían después por el Valle o Prado de Abajo hasta llegar al río Cea.
En la Poza se estancaba más el agua y duraba hasta el verano. Además decían, y así debe ocurrir, que, lo mismo que en los Manaderos, había allí también un manantial que contribuía a ello. Incluso el agua se utilizaba para regar alguno de los huertos que había en las proximidades.
A la Poza íbamos con frecuencia a pasar algunos ratos, sobre todo los domingos y días festivos, a merendar, pasear o simplemente a estar a la sombra de los chopos y cerca del frescor del agua. Y muchas veces a pescar, pues había peces, entre ellos alguna tenca. Y por supuesto también ranas, muchas ranas. A falta de piscinas, en el verano, también nos bañábamos en la Poza, lo mismo que se hacía en otras lagunas de pueblo
“Te espero en la Poza”. “Vamos hasta la Poza”. “Están por la Poza”, etc., eran frases o expresiones que se oían con frecuencia. Y, aunque la Poza era solamente el lugar concreto del manantial con laguna o charca, se entendía la frase como referida a toda la zona en la que estaba.
Era y siguen siendo, aunque con los cambios ligados al paso del tiempo, una zona verde y de expansión lo mismo que el Chopo, la Alameda, los Manaderos, el Trébano, Valdelafuente y algunos otros lugares de Joarilla.
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