En Joarilla, antiguamente había muchos carros, unos de par y otros de varas. Hasta que llegaron los tractores todos los agricultores usaban en sus trabajos el carro de par. Pero muchos tenían también uno más pequeño, el de varas que, aunque sirviese para las tareas agrarias, también se utilizaba para llevar a personas y útiles a distintos lugares. Era arrastrado por una sola caballería: macho, caballo, yegua, o burro como el de la imagen. Era más cómodo.
A veces solamente era posible viajar en carro, sobre todo durante invierno, cuando en Joarilla no había carretera y los caminos se llenaban de barro, agua y baches.
A falta de tartana o coche, de lo cual disfrutaban unos pocos los viajes se hacían a lomo de los animales o en carro de varas. En él se iba a Gordaliza, Vallecillo, Melgar o Monasterio para coger el coche de León o de Valladolid. En él se transportaba recipientes y cosas necesarias para las tareas agrícolas, o las relacionadas con la bodega u otras. En él iba la familia al campo para dar un paseo, ver las tierras y, si la vendimia estaba cerca, coger unos racimos de uvas para el consumo diario.
Y en un carro de varas guiado por un pequeño burro, al que sujeta el amigo Aquiles, van unos niños, seguro que algunos de sus sobrinos, dispuestos a disfrutar con el viaje. Sin duda alguna, quienes más disfrutaban subiendo a los carros eran ellos, los niños. Algunos por entonces no habían visto ni sabían cómo era un coche.
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